
El año pasado, el preparador japonés Liberty Walk mostró un kit de carrocería para el Ferrari F40 en el Tokyo Auto Salon. Este año, la empresa ha presentado una versión en miniatura del icónico superdeportivo italiano, aplicando el look a un Mazda Autozam AZ-1. El resultado es absolutamente adorable.
Como puedes comprobar en las siguientes imágenes, gracias al kit de carrocería inspirado en el F40 de Liberty Walk y un AZ-1 de serie, uno al lado del otro, es posible ver la magnitud de los cambios.
El kit revisa el morro del AZ-1 con un frontal y un capó muy parecidos a los del Ferrari. También hay tomas de aire en las esquinas y un splitter sobredimensionado. La web de Liberty Walk señala, no obstante, que los faros dobles redondos no forman parte del paquete.
Los pasos de rueda ensanchados en ambos ejes incrementan las dimensiones originales del AZ-1, y entre ellos se extienden unos robustos faldones laterales. El coche de Liberty Walk también tiene nuevos paneles en las puertas con la forma en relieve de un conducto 'NACA' para emular el aspecto del F40.
La parte trasera incluye un alerón alto y fijo con grandes 'labios' en los extremos. Según la compañía, el paragolpes revisado integra los reflectores pero no los pilotos. También hay un difusor sobredimensionado, con grandes canalizaciones. Liberty Walk no menciona el tubo de escape, pero las fotos muestran una configuración de tres tubos montados en el centro, como en el F40.
No hay detalles sobre cambios en el interior, pero los asientos deportivos que se ven en las imágenes no son de serie. Si tienes un AZ-1 y quieres que parezca un Ferrari icónico, Liberty Walk cobra 22.600 dólares (20.695 euros al cambio) por el kit de carrocería. Eso sí, el cliente tiene que encargarse de la pintura y de la instalación de las piezas.
Liberty Walk también monta un juego de llantas forjadas de seis radios con acabado en negro. Miden 16 pulgadas de diámetro delante y 17 detrás. La empresa cobra por ellas 14.300 dólares (13.050 euros).
El AZ-1 fue uno de los coches más emocionantes entre los kei car japoneses. Incluso en su estado original, parecía un superdeportivo... a escala. De hecho, las puertas con apertura en alas de gaviota contribuían a su estética deportiva.
Un motor tricilíndrico turboalimentado de 657 cm3 montado en posición central desarrollaba unos admirables 63 CV, y un cambio manual de cinco velocidades enviaba la potencia a las ruedas traseras.
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